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Remordimientos en un noviembre veloz

Últimamente busco el camino para redimirme del mal que he hecho que dicho así suena a crimen mientras a vosotres os puede parecer una exageración ¿pero acaso no es ser egoísta, perezosa, malcriada y victimista un crimen con cuerpo ajeno e incluso conmigo misma? ¿No es ser manipuladora e impaciente, deshonesta y agresiva lo peor que puedes mostrar de ti? Llevo tiempo mostrándome así ante ciertas personas y aunque no es lo único que tengo tampoco me acomoda el hecho de hacer sentir mal al resto, enseñar estos prismas es casi patético si luego me arrepiento de haber sido así. Podría escudarme en que se lo merecían pero quién soy yo para quedarme y hacer herida en vez de poner tierra de por medio, no me puede gustar tanto una pelea, gastar en ello mi ingenio, inteligencia y buena educación en la acepción más familiar a la escuela, se convierte en todo caso en una perdida de razón y entendimiento las malas formas que regalo. Luego, repito, todo es tormento. Impulsiva pero a qué precio, todo...

Qué raro llegar a los veintiséis

Aunque parezca una broma, una tontería, que raro ha sido darme cuenta hoy que estoy transitando el vigésimo sexto año de mi vida. Nunca pensé que llegaría. Es casi triste leer eso pero no le quita verdad, me han pasado tantas cosas por las que podía renunciar a la suscripción anual a la vida que aún me sorprendo de no estar en un sitio mejor. Pero ya este es mi sitio, ya es un mejor sitio. Puede que haya olvidado todo lo que ha pasado gracias a la memoria selectiva y el tiempo que cura trayendo perspectiva, que haya perdido el foco de toda tristeza o simplemente que ya no me interesa pero si me da por recordar me asombro de todos los demonios que he tenido que tirar hacía el infierno: a veces me he quemado con ellos, otras sinceramente, no me acuerdo. Lo que quiero decir con todo esto, la conclusión que quiero con todo este de palabras armamento formar es: todo va a pasar. Y se sobrevive. A veces sales más fuerte, otra veces sales más loca pero lo cierto es que salir, sales. A veces sa...

No he sigut bona persona

Pienso mucho cada día, es casi un hobby para mí transformar mi realidad en algo que me enseñe cualquier dato valioso para entender más de la vida, la que me ha tocado y las que me rodean. Intento ser fiel a mis dogmas, que evolucionen y nutran de todo lo que puedo exprimir, intento ser mejor persona en cada situación que me pasa. Pero creo que nunca he sido buena. Siempre veo las carencias, el cómo mejorar, la carrera hacía la excelencia es un pasillo alargado y hay tramos en los que no se sabe si se anda marcha atrás. No encuentro ningún motivo para creer que he sido buena, de hecho tengo más motivos para pensar que sin saberlo he metido la pata de más, no he sido ni soy mala por vicio o inteligencia, simplemente he sido egoísta en momentos donde debería haber mantenido la paciencia, impaciente cuando se me pedía cautela, horrorosamente dañina arrastrando a mi dolor a aquel que me había dañado, cogido por los brazos y tirado al abismo de todo lo malo que una persona puede demostrar. N...

No encuentro día para ser suficiente

No corre ni por el calendario ni por mis venas el valor que se necesita para afrontar con destreza todas las cosas negativas que le pueden ocurrir a alguien como yo. Y no digo "como yo" con ánimo de distanciarme del resto y glorificarme como protagonista, empeño esa forma para mimetizarme con la bulla de personas que ves pasar por la calle y piensas que no tienen problemas y que son perfectamente funcionales frente a la vida. Me gustaría ser como ellos y proyectar esa imagen hasta creérmela, me gustaría ser suficiente pero no encuentro el día justo para entregar mi insuficiencia y ser el modelo de mujer perfecta que debería a pesar de ser todavía casi una niña, si es que alguna vez entre todas las cosas que han pasado pude serlo y aún más importante, me dejé serlo frente a la adultez que no me correspondía. Ando cansada desde hace unos meses, realmente es la misma historia de siempre frente a los finales que ya conozco en otros cuerpos que tienen otros tonos de voz, pero la i...

Hoy es domingo

A pesar de ello no ha sido un domingo triste ni pesado, quizás porque la semana ha sido un domingo eterno, quizás porque lo he cubierto de algunas cosas que quería hacer. En domingo siempre se suele buscar algo sin saber justo él qué, no se encuentra nada y tal vez la sensación de agobio y no poder respirar en la fina línea que separa el aire del agua es más palpable que en cualquier día de la semana. Se acaba el tiempo pero aún no encuentro respuesta a por qué, es la última oportunidad de la semana, es casi tan agotador como pensar en el mañana y tan triste como la primera disertación de este blog que ahora que lo pienso, al igual que en domingo, no encuentra nada. Pero yo no venía a hablar de domingos, venía a escribir sin razón todo aquello que me acompaña. La casualidad es que me he olvidado entre scroll de twitter y post de instagram de aquello que me machacaba. Pero no voy a dejarlo estar, por supuesto. No hay peor remedio que no aspirar a solucionar ¿no es así? Quizás no lo sea,...

Todo lo que queda en el ayer

Si bien es verdad que hay que mirar al mañana con todas las reservas de esperanzas que sean posibles, es complicado no volver a mirar aquello que ya conocemos su forma, el estímulo de ver algo por primera vez se deforma siempre desde la perspectiva de lo que no queríamos dejar de mirar pero ya no está y tampoco es justo culpar a lo nuevo, hacerlo de menos.  No es grato a la memoria tener que recordar y no llamar para compartir ese recuerdo, es seguramente lo más doloroso a lo que me enfrento día a día, cuantas llamadas haría que sé que acabarían en el mejor de los casos en perdidas, no puedo solicitar asilo político en ninguna zona ya habitada, es lo que tiene acabar tan mal con todo el mundo, tan mal que no puedas volver y en una insignificante defensa diré que duele tanto coger la maleta y esperar renegada tiempos mejores en los que poder reconectar que siempre acabo poniendo una bomba en la estación, haciendo añicos el pavimento. Mi dolor lo arrasa todo porque ¿cómo es posible q...

Todo lo que queda para mañana

¿Se sabe ya si es mejor priorizar lo que el consumo marca a tu propia salud mental? Esta semana no he ganado un duro, no he podido salir apenas de mi casa y si bien he estado físicamente mala lo peor ha sido encontrarme mal con mis circunstancias. Nada en general que me quite el sueño, de hecho he dormido mucho; nada que me quite el apetito aunque es verdad que no podía comer de todo para no empeorar; quizás no hay nada real a lo que temer ni pensar que una misma puede ser temida pero todo ello me ha hecho estar tumbada boca arriba, encerrada en sentirme mal. Quizás no es la mejor entrada de algo que no sé si perdurará en el tiempo, sé cómo empiezan las cosas y cómo acaban pero es verdad que pierdo el control de por medio, no me hago cargo de lo que salga de este invento ni de la soledad que puedan mostrar cuatro palabras, soledad que seguramente siga mañana con el mismo o parecido empeño porque es difícil mantenerse a flote entre tanto entuerto. No creo que sea la persona más triste d...